La declaración de Parque Nacional a un área de gran valor natural y escénico a fin de conservar la flora y la fauna como hábitat inviolable ante la actividad humana, propensa a las alteraciones del lugar por el aprovechamiento de los recursos extractivos, es una prohibición que requiere permanente vigilancia pero aún así las incursiones furtivas llegan a provocar siniestros de proporciones, como el incendio en El Bolsón, por ejemplo, con una devastación de miles de hectáreas de bosque natural.
Compatibilizar el proteccionismo con otras actividades puede limitarse a la investigación científica, a tareas educativas y al esparcimiento, este último pensado en un turismo acotado a la observación del paisaje, evitando los campamentos propensos al descontrol del fuego y la contaminación del lugar. Sin embargo estas aventuras, dañinas en general, se contraponen con los grandes emprendimientos que se emplazan dentro de una zona protegida, prácticamente sin alterarla como modelo de turismo sustentable.
Es el caso de un hotel de lujo inaugurado dentro de la Reserva Natural Cerro Alarkén, en Ushuaia, Tierra del Fuego, basado en las normas de la arquitectura sustentable y rodeado de imponentes vistas panorámicas. El proyecto ha respetado rigurosamente la preservación del entorno, hasta el camino de acceso se trazó en base al mínimo impacto ambiental posible y toda la construcción se encierra en un solo bloque, incluyendo los servicios y hasta la planta de tratamiento de efluentes es interna con lo cual el agua purificada vuelve al Arroyo Grande.
Se trata de una construcción sustentable donde la ecología manda de manera que los consumos de gas y electricidad se redujeron a un tercio de lo que demandaría una edificación convencional. Además todos los materiales se adaptan al entorno para fusionar el edificio con el paisaje natural. En pocas palabras, la arquitectura y la ingeniería han seguido las normas de conservación del paisaje a la vez de brindar a los usuarios una experiencia única desde un balcón natural situado a 250 metros sobre el nivel del mar.
De alguna manera este complejo responde a los interrogantes de quienes buscan compatibilizar el cuidado de los recursos en áreas protegidas y parques nacionales, y hacer frente a un turismo cada vez más diversificado amante de la naturaleza. Aunar unos a otros es posible, pero no fácil y menos barato, por lo que el complejo fueguino queda como referencia de factibilidad para los emprendedores del sector. (Fuente: www.diariodecuyo.com)